El tabaquismo sigue siendo la primera causa de muerte evitable en nuestro entorno. Se estima que en Canarias fallecen cada año unas 2.400 personas como consecuencia directa de cinco enfermedades relacionadas con el tabaco (enfermedades cardiovasculares, cáncer de pulmón, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, enfermedades cerebrovasculares y bajo peso al nacer). Pero el tabaco ocasiona muchas más enfermedades que pueden provocar muertes prematuras. Los estudios recientes relacionan incluso el tabaco con la aparición de diabetes Mellitus Tipo 2, incremento de los niveles de colesterol o Hipertensión.
El consumo de tabaco se suele iniciar en edades muy tempranas. Los primeros contactos se suelen producir a los 13-14 años. Este consumo esporádico se suele hacer habitual (todos los días o todas las semanas) a los 16-17 años. Una vez establecido el consumo, pasa una media de 20 años antes de que el fumador se plantee seriamente dejar de fumar. Una vez que lo decide, puede conseguirlo al primer intento, pero, sin ayuda profesional, lo mas habitual es que necesite dos o más intentos para conseguirlo, continuando con el consumo un tiempo adicional que empeora su salud. Es importante destacar esto: el consumo de tabaco produce efectos acumulativos en el organismo del fumado, de manera que cuantos más cigarrillos se hayan fumado, mayor es el riesgo.
Otro aspecto muy importante es que el tabaco perjudica seriamente la salud en cualquiera de sus formas de consumo, ya sea a través de cigarrillos, puros, tabaco de liar o pipas de agua. Cualquier forma que implique la combustión de productos del tabaco libera los tóxicos que ya han sido identificados: nicotina, monóxido de carbono, metales pesados, agentes cancerígenos, etc. No hay ninguna manera segura de consumir tabaco.
Los cigarrillos electrónicos son unos dispositivos que, mediante una batería y un atomizador, vaporizan el contenido de un líquido alojado en su interior. Muchos de esos líquidos contienen nicotina, que es el elemento adictivo del tabaco, además de tener un potente efecto perjudicial en el corazón y el sistema vascular. Estos dispositivos ya se ha demostrado que no sólo liberan vapor de agua al ambiente, sino que ese vapor contiene trazas de partículas cancerígenas, metales pesados y tóxicos. Como medio para dejar de fumar no han demostrado ni su efectividad ni su seguridad. Por lo tanto, actualmente no se recomienda su utilización.
La mejor manera de evitar que el tabaco ponga en riesgo nuestra salud es dejar de fumar. Actualmente hay suficiente evidencia científica para recomendar tratamientos que incluyan algunos fármacos y una terapia psicológica adecuada.
Por ello, la Dirección General de Salud Pública este año propone el lema “Déjalo ahora”, invitando a los fumadores a que tomen una decisión que probablemente lleva tiempo en su cabeza. Ahora es el momento. El Servicio Canario de la Salud pone a disposición de los fumadores el Programa PAFCAN, en el que los pacientes con algún factor de riesgo adicional a fumar pueden beneficiarse de un tratamiento personalizado en su centros de salud en el que se le puede suministrar la mitad del tratamiento farmacológico que precise. En este programa se cuenta con la colaboración de las oficinas de farmacia. Se han editado materiales divulgativos con información sobre el PAFCAN.
¡Ánimo!, este puede ser el momento de dejarlo.