Justificación
La Organización Mundial de la Salud en su 57ª Asamblea Mundial de la Salud en mayo de 2004, definió la obesidad como la epidemia del siglo XXI, siendo un importante problema de salud pública, que aún perdura.
Se constataba, con esa declaración, los cambios de vida que se estaban observando en la población en relación a la alimentación y a la práctica de actividad física. La declaración de la OMS motivó a los países a desarrollar estrategias de promoción de la alimentación y actividad física, a fin de prevenir la obesidad.
El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad inició en 2005 la Estrategia NAOS, que es una estrategia para la Nutrición, la Alimentación, la Salud y contra la Obesidad, para informar y sensibilizar a las personas para que no pierdan los hábitos de vida saludable.
En Canarias se desarrolló el Proyecto Delta de Educación Nutricional, que nació como una propuesta de acción intersectorial, derivada de la necesidad de mejorar la calidad de la dieta de las personas, prevenir los trastornos alimentarios, tanto por exceso como por defecto, y sus consecuencias, cuyas actividades didácticas persisten en la actualidad.
Recientemente se ha incorporado un nuevo programa de alimentación destinado a informar sobre buenos hábitos desde las primeras etapas de la vida: Programa de Intervención Pediátrica para la prevención de la Obesidad Infantil, conocido por el nombre de “Programa PIPO”, que actualiza las recomendaciones para los diferentes grupos de edad, desde el periodo de recién nacido hasta los 18 años.
Cada vez se hace más patente la necesidad de mantener una conducta y un patrón alimentario correcto, que permita mantener la salud e incluso recuperarla cuando ésta se haya alterado, por cualquier motivo. Por el contrario, también es conocido cómo una alimentación inadecuada conlleva a trastornos nutricionales por exceso o por defecto.
Alimentarse es un proceso básico y necesario a lo largo de toda la vida. Este proceso se aprende, nos alimentamos según nos hayan educado. Por eso, la familia es el primer responsable de la alimentación infantil. Cuando la alimentación es variada, equilibrada y saludable, el crecimiento y el desarrollo infantil está asegurado siempre que se realice en consonancia con un proceso educativo integral en el que el ejercicio físico forme parte de los hábitos de vida cotidianos.
Las amenazas de la obesidad para la salud son bien conocidas: la obesidad infantil está estrechamente ligada con la obesidad adulta.
Objetivos
Informar y sensibilizar a la población sobre los efectos beneficiosos de una alimentación equilibrada, junto a la práctica de actividad física, para el mantenimiento de la salud.
En caso de que, por algún motivo, ésta se altere, una alimentación adecuada y el ejercicio físico controlado, ayudan en su recuperación.
Materiales didácticos
Lema
¡Comiendo bien vivirá mejor!