Justificación
La Organización Mundial de la Salud (2013) en relación a las enfermedades cardiovasculares (ECV), señala que son la principal causa de muerte en todo el mundo.
Entre los principales factores de riesgo de las ECV se destacan una dieta malsana, la inactividad física, el consumo de tabaco y el consumo nocivo de alcohol. Adicionalmente, se señala que también hay una serie de determinantes subyacentes de las enfermedades crónicas, es decir, “las causas de las causas”, que son un reflejo de las principales fuerzas que rigen los cambios sociales, económicos y culturales: la globalización, la urbanización y el envejecimiento de la población. Otros determinantes de las ECV señalados por la OMS son la pobreza y el estrés.
El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (2013) señala adicionalmente que el estrés influye sobre los estilos de vida, por un lado propicia conductas adictivas como el consumo de tabaco y el alcohol, y por otro, hace más difícil entre las personas ya consumidoras el abandonar estos hábitos. En general, el estrés se asocia con peores estilos de vida, influye sobre la práctica de ejercicio físico y sobre los hábitos alimentarios. Los estilos de vida y las enfermedades crónicas también influyen sobre los niveles de estrés.
Los síntomas del estrés son muy variados, pero tal y como señala la Organización Mundial de la Salud, suele incluir estados de humor depresivos, síntomas de ansiedad, preocupación (o una mezcla de todos ellos), sentimientos de incapacidad para afrontar los problemas, de planificar el futuro o de poder continuar en la situación presente, y un cierto grado de deterioro en cómo se lleva a cabo la rutina diaria.
La persona puede estar predispuesta a manifestaciones dramáticas o a presentar una excesiva irritabilidad, y también suele acompañarse de una tendencia al aislamiento (especialmente en la adolescencia). En los niños, se puede volver a tener una enuresis nocturna (emisión no voluntaria de orina nocturna), a utilizar un lenguaje infantil o a chuparse el pulgar.
Estos síntomas son los más frecuentes pero cada persona reacciona al estrés de una manera diferente, siendo lo más habitual que además de algunos de los síntomas descritos se presenten otros síntomas específicos.
Frente al estrés existen estrategias que han mostrado su eficacia, tanto para prevenirlo como para minimizarlo cuando ya se padece. Entre las estrategias que han mostrado su utilidad destaca: promover el descanso, dormir 6-8 horas cada día, realizar ejercicio físico, no centrar tu vida exclusivamente en el trabajo o los estudios, promover una red de apoyo familiar y social, y evitar el consumo de tóxicos, entre otras.
Objetivo
Informar y sensibilizar a la población canaria de los efectos adversos del estrés sobre nuestra salud, promover el descanso y favorecer estrategias que fomenten la inoculación del estrés.
Materiales didácticos
Lema
¡Actúo diferente… controlo mi estrés!