El consumo de la sal común supone la mayor fuente de sodio en la alimentación. Es indispensable para la vida, pero el exceso de su ingesta es perjudicial para la salud.
Un consumo excesivo de sal conlleva a que el riñón, que es el órgano encargado de su eliminación, se vea forzado para expulsarla, lo que en ocasiones produce una deficiente salida del sodio de nuestro organismo, acumulándose en la sangre y aumentando el volumen sanguíneo dentro de las arterias, que puede desencadenar un incremento de la presión en el interior de las mismas (hipertensión arterial). La recomendación de ingesta de sal es de 5 g/día.